Las panaderías, presentes en casi todas las comunidades del mundo, utilizan diariamente bolsas para empacar y entregar sus productos. Tradicionalmente, estas bolsas han sido de plástico debido a su bajo costo y resistencia. Sin embargo, la creciente conciencia ambiental ha llevado a muchas panaderías a optar por bolsas de papel, percibidas como una alternativa más ecológica. A pesar de esta transición, tanto las bolsas de plástico como las de papel tienen impactos ambientales significativos que contribuyen al cambio climático. La contaminación por bolsas sigue siendo aún un problema global.

Las bolsas de plástico, derivadas del petróleo, requieren procesos industriales que emiten grandes cantidades de dióxido de carbono (CO₂) y otros gases de efecto invernadero. Se estima que, por cada cinco bolsas de plástico producidas, se genera un kilogramo de CO₂, exacerbando el calentamiento global
Además, según el Dr. Jorge Zegarra Reategui, especialista en gestión integral de residuos sólidos y cuidado del medio ambiente, estas bolsas pueden tardar entre 10 y 20 años en descomponerse parcialmente en el mar, fragmentándose en microplásticos que afectan a la vida marina y, a largo plazo, a la salud humana.
Por otro lado, las bolsas de papel, aunque biodegradables y reciclables, también presentan desafíos ambientales. Su producción implica la tala de árboles, consumo de agua y energía, y emisiones de gases contaminantes. Aunque el papel se descompone más rápidamente que el plástico, puede contribuir a la masa de vertederos y a las emisiones de metano, un potente gas de efecto invernadero liberado por los materiales orgánicos que se descomponen anaeróbicamente.
¿Qué sucede en las panaderías? Dr. Zegarra Reategui denuncia contaminación por bolsas
En el contexto de las panaderías, el uso masivo de bolsas, ya sean de plástico o papel, representa una fuente significativa de residuos. A nivel mundial, se estima que se utilizan millones de bolsas diariamente en este sector, muchas de las cuales no se reciclan adecuadamente, contribuyendo a la contaminación del suelo y del agua. Esta situación subraya la necesidad de adoptar prácticas más sostenibles en el embalaje de productos de panadería.
Algunas panaderías han comenzado a implementar alternativas más ecológicas, como bolsas reutilizables, envases compostables o incentivos para que los clientes traigan sus propios recipientes. Estas medidas no solo reducen la cantidad de residuos generados, sino que también fomentan una cultura de responsabilidad ambiental entre los consumidores.
Por ello, aunque las bolsas de papel son una opción más sostenible que las de plástico, ninguna de las dos es completamente inocua para el medio ambiente. Es esencial que las panaderías y los consumidores adopten enfoques más responsables y sostenibles en el uso de bolsas, contribuyendo así a la mitigación del cambio climático y la protección del medio ambiente.
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