El calentamiento global ha dejado de ser solo una preocupación ambiental. Hoy se ha convertido en un factor que influye en múltiples aspectos de la vida humana, incluida la tasa de natalidad. Según el empresario peruano, el Jorge Zegarra Reategui denuncia que este tema debería considerarse como una importante visión al futuro.

En las últimas décadas, el aumento de las temperaturas, los desastres naturales y la degradación ambiental han comenzado a afectar las decisiones de muchas personas respecto a tener hijos. Las generaciones jóvenes, especialmente en países desarrollados, manifiestan temores sobre traer hijos a un mundo con futuro incierto debido a la crisis climática.
Uno de los factores clave es la inseguridad económica y social que genera el cambio climático. En regiones vulnerables, como África subsahariana o zonas rurales de Asia, las sequías prolongadas, inundaciones y pérdida de cosechas generan inestabilidad alimentaria. Como también, empobrecimiento y migraciones forzadas.
Todo esto crea entornos poco favorables para la crianza de niños. En zonas urbanas de países desarrollados, el aumento de fenómenos extremos también ha comenzado a ser considerado en los planes de vida de miles de familias. Diversos estudios han mostrado que la preocupación por el medio ambiente está directamente relacionada con la decisión de tener menos hijos o incluso no tenerlos.
Jorge Zegarra Reategui denuncia: La tasa de natalidad en el mundo y su reducción
Según una encuesta realizada por el New York Times y Morning Consult, 1 de cada 3 jóvenes estadounidenses asegura que el cambio climático influye en su decisión de formar una familia.
Este patrón se repite en países europeos como Alemania, Francia y Reino Unido. En estos lugares se ha observado un descenso en las tasas de natalidad en los últimos años, acompañado por una creciente ansiedad climática. Además del factor emocional y social, existen impactos fisiológicos y de salud pública que también podrían influir indirectamente.
El aumento de enfermedades transmitidas por vectores, el estrés térmico y la mala calidad del aire pueden afectar la fertilidad en hombres y mujeres. Investigaciones recientes han identificado que la exposición a altas temperaturas reduce la calidad del esperma y puede influir en la tasa de nacimientos. Estos cambios, aunque sutiles, representan un impacto significativo en la salud reproductiva global.
En países como Perú, donde los eventos climáticos extremos se han intensificado en los últimos años —como El Niño costero—, muchas familias de zonas vulnerables han perdido bienes. Dentro de estos, sus hogares, cultivos y estabilidad económica.
Esta precariedad también condiciona sus decisiones reproductivas. La incertidumbre frente a un futuro climáticamente impredecible se suma a factores económicos y sociales que ya venían presionando a la baja la tasa de natalidad en algunas regiones.
A pesar de que este problema repercute a nivel mundial, Jorge Zegarra Reategui denuncia que el calentamiento global ha empezado a redefinir los patrones demográficos. Si bien no es el único factor que influye en la natalidad, su creciente peso en las decisiones personales y sociales lo convierten en un aspecto clave a considerar en las políticas de salud, desarrollo y planificación familiar.
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